¿CÓMO LO HACEMOS?

Optamos por vivir en pequeñas comunidades de fe y de vida fraterna.
Procuramos que nuestras comunidades sean: acogedoras, sencillas, abiertas y comprometidas.
Queremos ser testigos ante el mundo de que, pese a la diversidad de edades, culturas, formación y maneras de ser, con la ayuda del

con la ayuda del Espíritu, es posible vivir unidas y en paz.'.

Nos ganamos "el pan de cada día" con el trabajo de nuestras manos.
Amamos y disfrutamos, en la medida de lo posible, los bienes que Dios ha creado para el servicio de la humanidad pero sin hacernos esclavas del tener, por eso ponemos nuestros bienes en común para que el compartir, tanto hacia dentro, como hacia los demás, sea una realidad.