Orden de Clérigos Regulares Somascos

PROVINCIA DE ESPAÑA

 

Documentos del 5°Capítulo Provincial

 

 

"Mirando hacia el futuro hacia el que el Espíritu nos impulsa"

 

 

 

 

Madrid. 1999

  


 

ORDEN DE LOS PADRES SOMASCOS

Provincia de España

Madrid 5 de Abril de 1999

 

A la atención de TODOS LOS RELIGIOSOS.

Queridos hermanos:

Con la celebración de la Pascua hemos dado por concluido nuestro 5° Capítulo Provincial, acontecimiento, sin duda alguna, de gracia para nuestra Provincia. A distancia de poquísimo tiempo, le ha precedido otro acontecimiento igualmente de gracia para todos noso­tros y para la Congregación: nuestro 134° Capítulo General, que nos ha ofrecido las orientaciones a tener en cuenta para el próximo sexenio con el fin de revitalizar nuestras vidas y obras.

Guiados por dichas orientaciones y a la luz del lema que nos habíamos propuesto "Mirando hacia el futuro hacía el que el Espíritu nos impulsa, nuestro Capítulo ha hecho un serio esfuerzo de reflexión tratando de iluminar, la reali­dad actual de nuestra Provincia para que nuestra vida y nuestras obras sean "significativas" y portadoras de esperanza en el nuevo milenio.

Estamos pues todos invitados a reemprender confia­damente nuestro peregrinar llevando a cabo un "camino de conversión continua, de entrega exclusiva al amor de Dios y de los hermanos.

En este momento de nuestro caminar (tal vez falto de esperanza o desilusionado) sepamos descubrir en nuestros Capítulos General y Provincial y en las Orientaciones que ellos nos ofrecen una ocasión propicia para "abrir los ojos" y suplicarle a Cristo peregrino diciéndole: " ¡Quédate con nosotros. Señor, pues se hace tarde!". Quiero pedir a todos, a mí el primero, como primer objetivo un alto en el camino, en el que seamos capaces, a través del perdón recíproco, de la acogida sincera y cálida, del abrazo fraterno y del "partir el pan", de descubrir presente entre nosotros al Resucitado. Sólo así, sintiendo "arder" de nuevo nuestro corazón por el "amor primero", seremos capaces de volver sobre nuestros pasos haciendo de nuestra vida un signo luminoso.

 Que ese "volver sobre nuestros pasos", en nuestro camino de conversión, lo hagamos1:

  • Con una confianza sin límites en el Señor (2CSJ6).

  • Desterrando para siempre el "chismorreo" y en parti­cular todo aquello que nos impide ver al Resucitado presente en el hermano, entre nosotros (3CSJ3y6CSJ4).

  • Permaneciendo "fuertes en la fe en medio de las tentaciones". Examinemos con sincero corazón ante el Señor cuá­les son éstas en nuestra vida hoy, para no sucumbir ante ellas. Si seremos capaces de esta fortaleza el Señor nos con­solará y nos concederá un lugar de paz" (2CSJ9yl5).

  • Con inmensa paciencia, haciendo día a día experiencia de la misericordia de Dios (3CSJ2).

  • Rogando insistentemente a Cristo Crucificado. Démosle a la oración el puesto que se merece en nuestra vida (3CSJ6).

            Que no cunda en nosotros el desaliento o la desespe­ranza por las dificultades del camino a superar ni por la len­titud de nuestro caminar, antes bien aprestémonos ilusiona­dos a realizarlo sabedores, como nos recuerda nuestro Fun­dador, de que "no desfalleciendo vosotros  de fe y esperanza, Él hará con vosotros cosas grandes, exaltando a los humildes

            Hermanos, hagámosle al Señor de verdad "compañe­ro de camino", invitémosle a compartir con nosotros el pan para que se "abran" nuestros ojos y, transformados, al arder nuestro corazón" podamos correr presurosos a anunciarlo.

            Ya desde el primer momento los Padres Capitulares, ante la difícil situación por la que atraviesa nuestra Provincia han manifestado siempre la voluntad de diálogo y búsqueda de comunión en la vivencia de un mismo carisma. Creo que este esfuerzo por buscar la unidad y la comunión por encima de todo, se hace patente en las Orientaciones Capitulares que hoy someto a vuestra consideración.

            Os invito pues calurosamente a todos a hacer propia esta misma voluntad, acogiendo con total disponibilidad estas Orientaciones, asumiendo con coraje el reto de perdo­nar dejando aparte todo aquello que nos separa y potencian­do en nuestro corazón y en nuestra vida todo aquello que nos une, sobre todo el "Don de gracia otorgado a S. Jeróni­mo" que nos une en comunión fraterna al servicio de los pobres.

            Pido al Padre de la misericordia que el Espíritu de su Hijo nos ilumine y nos conceda su fuerza para que en el diálogo nunca digamos "basta" y para que nuestros brazos en vez de cruzarse se abran ampliamente, mediante la reconciliación, al abrazo fraterno. Él transformará nuestro momento de crisis en momento de fructífero crecimiento.

            Como bien se afirma en el mensaje, las Orientaciones Capitulares "no quieren ser un documento leído y tantas veces olvidado, sino un instrumento de trabajo para todos y cada uno de nosotros en la firme esperanza que una concreción fiel de éstas nos ayudará a permanecer fíeles al carisma de manera audaz y creativa, y serán una ocasión pro­picia para "redimensionamos".

            Os pido perdón a todos si mis actuaciones ante la realidad que estamos viviendo a nivel de Provincia no han sido las más acertadas o si, al presentar en mi informe dicha realidad, he causado dolor o sufrimiento a algunos herma­nos. Sinceramente no ha sido ésa nunca mi intención.

            Que María, Madre de los huérfanos, que libró a S. Je­rónimo de todo aquello que lo ataba y esclavizaba, consiga del Padre para todos nosotros la paz del corazón y nos ayu­de a realizar unidos ese "camino de conversión al que hoy el Espíritu nos impulsa mediante la puesta en práctica de estas Orientaciones. ¡Feliz Pascua de Resurrección!

        Un abrazo fraterno.

 

P. Jesus Vicente Varela F.

Prepósito Provincial


 


 

MENSAJE PASCUAL DE LOS PADRES CAPITULARES A LA CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO

 

"LO QUE EL ESPÍRITU DEL PADRE DICE A SUS HIJOS"

Querido Padre Dios:

Nos ha dicho tu Hijo en el Evangelio que no llamemos padre a nadie sobre la tierra, porque sólo Tú eres nuestro Padre. Sin embargo, debemos agradecerte el don del Espíritu que nos has dado para transmitirlo a otros hijos, sobre los cuales tenemos responsa­bilidad.

En nombre de ellos y para ellos, en este acontecimiento del Espíritu que es nuestro Capítulo, hemos podido reflexionar sobre nuestra realidad y hemos llegado a algunas convicciones, queriendo asumir igualmente algunos com­promisos:

Creemos que las diversidades existentes entre noso­tros pueden superarse a través de un diálogo respetuoso y un perdón sin límites. Estos nos llevarán hacia una auténtica comunión.

Creemos en la autoridad como servicio a nuestras comunidades, y vínculo de caridad fraterna.

Creemos en la necesidad de una formación permanente, ya que nos sentimos pequeños delante de Ti y necesitados de luz para insertamos y comprender el mundo de hoy, sobre todo el mundo de la pobreza, indicando, caminos para salir de ella.

Creemos en comunidades abiertas que no pierdan su propia identidad. Queremos pues acoger generosamente la colaboración de cuantos fíeles laicos/as viven, quizás sin saberlo, nuestra propia vocación, pudiendo integrarse en un movimiento que les haga partícipes de la espiritualidad y la misión que Tú concediste a nuestro Padre Jerónimo.

Nos sentimos una Provincia joven y llena de inquie­tudes con la esperanza firme de conciliar lo antiguo y lo nuevo en las instituciones que Tú nos has confiado, y de abrir nuevos caminos para tus hijos más necesitados. Por todo ello, nuestras reflexiones Capitulares no quieren ser un documento leído y tantas veces olvidado, sino un instru­mento de trabajo para todos y cada uno de estos tus hijos somascos.

Sabemos que todo nuestro trabajo para dar fruto tie­ne necesariamente que morir en el surco, como el Hijo que tu Espíritu ha llevado a través de la cruz a la gloriosa Resurrec­ción.

Sabemos que la Madre de tu Hijo nos conducirá de su mano para que nos convirtamos día a día y así volver a la santidad del tiempo de tus apóstoles.

    Padre Dios, haznos capaces de comunicar la Buena Noti­cia de tu Hijo a nuestros hermanos de religión para que la alegría Pascual inunde todas nuestras obras.

 

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

LOS PADRES CAPITULARES


 


 

REVITALIZACIÓN DE PERSONAS, COMUNIDADES Y OBRAS

 

"A VINO NUEVO, ODRES NUEVOS

"Estamos llamados a recuperar el Espíritu que nos animaba cuando nos ofrecimos libre y totalmente a Cristo"

    La comunidad somasca en España está viviendo una situación que a la luz de la fe, el Capítulo quiere leer como un signo de los tiempos. Mediante esta realidad el Espíritu nos empuja a ser fíeles a nuestra consagración y a la Iglesia, que nos ha confiado la misión de evangelizar con las obras de Cristo, proponiendo nuevamente el género de vida apostólica propio de San Jerónimo Emilianí y de sus prime­ros compañeros (carisma).

 

A.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN

    La encamación del carisma en la misión (obras), en las comunidades de nuestra Provincia pone de relieve luces y sombras, ideales y límites. Es la tensión natural entre valores y estructuras que siempre acompañará nuestra vida, tanto personal como comunitaria.

    Junto con el deseo siempre más fuerte y generalizado de vivir de forma radical el seguimiento de Cristo imitando a san Jerónimo, conviven limitaciones que afectan igualmente personas y comunidades:

  1. religiosos no oportunamente motivados y profesionalmente preparados;

  2. el hecho de que a veces la propia vocación se agota en la realización de un trabajo profesional;

  3. poca voluntad para poner a disposición de la programación comunitaria las propias ideas;

  4. un cierto individualismo, que condiciona la vida de fraternidad de las comunidades e impide su creci­miento apostólico;

  5. el debilitamiento del ejercicio de la autoridad del superior local, demasiado metido de manera personal en el trabajo, y una inadecuada        forma de ejercer la corresponsabilidad y la subsidiariedad;reducción de la vida fraterna en común al simple cumplimiento formal de los actos comunes, o de la misión apostólica al simple "trabajo";

  6. la poca disponibilidad de los religiosos para colaborar entre ellos o con los laicos;

  7. una inadecuada y poco equilibrada organización del trabajo, que no suele tener en cuenta las necesidades psicofísicas de la persona;

  8. una vida religiosa poco  integrada en la Iglesia local y poco atenta al entorno.

  9. La oración no ocupa siempre el lugar que debería.

A la luz de lo expuesto, nuestras obras corren hoy el riesgo de no ser ya un signo, de no ser provocadoras, de no estar atentas a las nuevas necesidades.

    Surge la necesidad de revitalizar personas, comuni­dades y obras con la fuerza del carisma somasco

    Todo religioso, toda comunidad y toda realidad deberán asumir sus respectivas responsabilidades e iniciar un serio

camino de conversión para reavivar el fuego del Espíritu y acoger, vivir y hacer fructificar para el Reino de Dios el don de gracia que se nos ha concedido en San Jerónimo.

    El Capítulo Provincial ofrece medios e indicaciones concretas para la revitalización de:

 

B.- PERSONAS

 

Que el religioso, confiando sólo en Cristo y animado por su gracia:

  1. viva "según los consejos evangélicos en comunión fraterna y al servicio de los necesitados" (CC.RR. no 6).

  2. Permanezca en unión con Dios y los hermanos fo­mentando una oración encarnada, sostenida por el Espíritu que nos animó cuando nos ofrecimos libre y totalmente a Cristo.

  3.  Asuma un estilo de vida evangélico, humilde y auste­ro, en vista de un cambio de mentalidad que aliente la esperanza y elimine toda crítica destructiva.

  4. Vuelva a las fuentes y al carisma: la espiritualidad es y será siempre el elemento unificador de toda vida consagrada que quiere ser auténtica.

  5. Esté disponible para asimilar, mediante una ascesis adecuada, el camino de S. Jerónimo concretizado en su testamento: "Seguid el camino del Crucificado amaos los unos a los otros y servid a los pobres".

C- COMUNIDADES

  1. La vida en comunidad, además de ser estimada como un don y reflejo del amor trinitario debe promover los valores de la amistad y el encuentro; y desarrollarse mediante la práctica del diálogo sincero, de la colaboración, de la mutua comprensión y aceptación, y del perdón (Cf. DCP'96).

  2. La comunidad religiosa debe dar valor auténtico a todos aquellos medios que las CC.RR. ofrecen para la vida fra­terna en común y para la elaboración de un Proyecto Comunitario que pueda ser compartido por todos.

  3. En las comunidades se debe definir claramente el papel de cada uno de los miembros de la comunidad para poder compartir el carisma somasco con los demás protagonistas eclesiales; y abrirse a una mayor participación en la vida de la Iglesia local y del entorno (Cf. CC.RR. no 33).

D.-OBRAS

  1. El Capítulo Provincial invita a los religiosos a cuidar con esmero el valor de las obras actualmente existentes, haciéndolas cada vez más evangelizadoras, significativas y sensibles a los signos de los tiempos.

  2. Nuestras obras deben distinguirse por su seriedad profesional y su anhelo apostólico.

  3. Estamos invitados a descubrir que nuestras obras son un instrumento válido para revelar al mundo que Dios sigue haciendo camino con los pobres y la juventud necesitada.

  4. Consideramos apropiadas para nuestras obras las características del estilo somasco definidas en el Capítulo Provincial '96, esto es:
     

    1. presencia y cercanía

    2. acogida y disponibilidad

    3. atención material y espiritual

    4. conocimiento de la persona como mejor medio para ayudarla

    5. evitar marginar y no consentir situaciones de marginación

    6. estar atentos a las bolsas de pobreza y marginación latentes en nuestra sociedad y en nuestras obras y buscar soluciones y ser mediación para que los laicos las descubran.

     

E.- COMO CONCLUSIÓN

 

Nos parece fundamental que, unidos profundamente a Dios, sostenidos por su gracia y apoyados en la oración, nos esforcemos en construir comunidades fraternas, piedras an­gulares sobre las que Dios construye su casa y palabras proféticas para el hombre de hoy. Para ello hace falta:

1. Estar convencidos de la importancia de la vida fraterna y comprometerse a construirla como prio­ridad.

2.  Pasar del individualismo, contrario a toda lógica cristiana, a la fraternidad en Cristo.

3. Superar la competitividad autosuficiente por una colaboración constructiva.

4. Comprender que, querer hacer uno todo, no sólo es imposible, sino contraproducente.

4.   Abrirse al diálogo, conscientes que la escucha en la verdad puede reengendrar nuestra fraternidad.

    


 

FORMAR SIGUIENDO NUESTRO CARISMA

 

"... que os esforcéis por tener un cuidado particular para mantener a la Compañía en paz..."(2CSJ. 18)

 

    El Capítulo Provincial, consciente de la necesidad e importancia que la formación tiene para el futuro de nuestra Congregación y considerando que, en el momento presente, según se desprende de las diversas aportaciones, los religiosos y comunidades de nuestra Provincia adolecen de una profunda revitalización, estima oportuno que, en sintonía con los documentos del Capítulo General '99 y las CC.RR., se renueve el don del Espíritu, dado a San Jerónimo, a partir de la formación inicial y potenciando la formación permanente.

    En este momento, nos vemos necesitados de ser iluminados por el ejemplo de nuestro Padre, y aprender de él a acoger, agradecidos, la gracia que nos viene de arriba. Tras sus huellas dispongámonos a seguir al desnudo Crucificado en la dichosa vida del Evangelio, sirviendo a los pobres de Cristo, en particular a los más pequeños y abandonados, en un mundo cada vez más necesitado de esperanza.

    Esta identificación carismática con el Fundador, de capital importancia en todo el proceso formativo, nos incorpora a la Iglesia para renovarla permanentemente y al mundo para instaurar una tierra nueva. Y se manifiesta siendo contemplativos en la acción, amando la pobreza y el trabajo, compartiendo con los hermanos todo cuanto somos y tenemos, y perseverando en el servicio de los pobres de Cristo. Por otra parte, acoger este don especial del Espíritu, debe producir en nosotros frutos de humildad, mansedumbre y benignidad y abre un camino de constante y gradual asimilación a Cristo.

    La fidelidad al carisma requiere:

  1. Que a nivel comunitario se efectúe un discer­nimiento para descubrir juntos los signos de esperanza que Dios nos brinda y con los que nos abre a un futuro nuevo.

  2. No temer en las dificultades y en abrir nuevos caminos precisamente porque estamos firmes en la esperanza evitando un temor excesivo.

  3. Asumir con responsabilidad la esperanza que se nos ha confiado para poder seguir a Cristo peregrino, con los pies en el suelo, conocedo­res de que no se puede más de lo que se puede.

Así pues, para que el carisma heredado impregne personas, comunidades y obras, el Capítulo Provincial propone:

 

I - FORMACIÓN PERMANENTE

  1. Nuestros religiosos se sientan estimulados desde el carisma a la aceptación recíproca y al diálogo, superando las relaciones exclusivamente de tra­bajo y/o funcionales.

  2. Integración entre oración y acción. La oración ocupe el lugar privilegiado en la vida del reli­gioso y en la de la comunidad, de modo que favo­rezca y estimule el amor fraterno y el fervor apostólico.

  3. Favorecer los retiros intercomunitarios, la Asam­blea General y los Ejercicios Espirituales a nivel de Provincia (Cfr. DCP '93).

  4. Que el superior:

  5. Que el gobierno provincial provea a la formación de los superiores además de con los encuentros anuales, con los medios que estime más convenientes.

  6. Fomentar los Capítulos Locales, de carácter formativo, donde se redescubra el valor de las CC.RR.

  7. Disponibilidad para hacer nuestro el proceso de progresiva asimilación a Cristo, concretado por S. Jerónimo en su vida e indicado en su testamento: "Seguid el camino del Crucificado amaos los unos a los otros, servid a los pobres".

 II.       FORMACIÓN INICIAL

 

    La formación se inspire en el proyecto fundamental de vida de la Congregación, es decir, un proyecto formativo inspirado en el carisma institucional según las indicaciones ofrecidas por nuestra Ratio Institutionis.

En consecuencia, el Capítulo Provincial propone:

  1. Ya que la formación no puede depender de ninguna manera "de criterios subjetivos"^ se favorezca la relación de formadores de las distintas fases del itinerario formativo, ya sea a nivel de Provincia, ya sea a nivel interna­cional.

  2. Que se tomen las iniciativas oportunas para una adecuada preparación de formadores, te­niendo en cuenta que son ellos los principales transmisores de los valores carismáticos en el proceso formativo hacia la plena madurez de una personalidad humana y religiosa de quienes están en formación.

  3. Que se lleve a cabo, según las posibilidades, la separación de estructuras formativas más convenientes.

  4. Que las comunidades donde se inserten estas estructuras sean comunidades formadoras, compuestas por religiosos de distintas expe­riencias, fecundadas por una esperanza capaz de producir frutos de vida.

  5. Orientar los estudios fílosófíco-teológicos de los formandos dentro del marco de la Vida religiosa

  6. Promover un conocimiento, más serio y profundo, de nuestra historia y espiritualidad somascas.

  7. Que los formandos, durante el proceso formativo, incluido el período de Magisterio, se enriquezcan experimentando las diversas rea­lidades de las obras en nuestra Congregación.

 


DE LA COLABORACIÓN AL COMPARTIR NUESTRO CARISMA CON LOS LAICOS-AS:

 

"Construyendo el Reino de Dios al estilo de San Jerónimo".

Introducción:

"Uno de los frutos de la doctrina de la Iglesia como comunión en estos últimos años ha sido la toma de conciencia de que sus diversos miembros pueden y deben aunar esfuerzos, en actitud e intercambio de dones, con el fin de participar más efi­cazmente en la misión eclesial" (VC. 54 a)

Constatamos la existencia de laicos que sienten la vocación, desde el modo que les es propio, de participar en nuestro carisma, espiritualidad, y/o en la misión. Se observa una nueva colaboración e intercambio a través de relaciones de madura corresponsabilidad que implican la necesidad de un itinerario formativo que prepare a laicos y religiosos en el nuevo camino (Cf. VFCn°70).

Para responder a este reto, y en conformidad con nuestra tradición, los dos últimos Capítulos Generales invi­tan a promover el Movimiento Laical Somasco, caracterizado por:

  1. Ser una forma de participación en la misión evangelizadora de la Iglesia a través de una nueva asociación laical.

  2. Proponer una participación en la construcción del Reine a los laicos, que descubren una vocación peculiar, segur el carisma de San Jerónimo.

  3. Ofrecer a los bautizados distintas formas de participación y compromiso en la espiritualidad y la misión.

 

C) SITUACIÓN ACTUAL

 

"Cada laico debe ser ante el mundo un testigo de la resurrección y de la vida del Señor Jesús y signo del Dios vivo' (LG. 38).

 

1.- En nuestras obras hemos percibido distintos tipos de colaboradores, y de compromisos (Cf. Instrumento de trabajo para el Capítulo General '99, pp. 2-3):

2.- Partiendo de las realidades existentes: antiguos alumnos, grupos juveniles. Consejo Parroquial (por citar algunas de ellas), constatamos que:

  1. Nuestras actitudes ante los laicos no son todo lo positivas que se desearía. Muchas veces acudimos a ellos llevados por la necesidad

  2. Se percibe una falta de mentalidad para poder compartir carisma, espiritualidad, misión, vida y momentos de comunidad dentro de lo peculiar de cada vocación (cf. VFCn°70).

  3. Es necesaria una mayor concienciación de la corresponsabílidad de los laicos en nuestras obras.

 D) REFLEXIONAMOS .

 

Con la medida con que mediréis se os medirá" {Mí. 7,2).

  1. ¿Logramos infundir un espíritu somasco a las perso­nas que colaboran en nuestras obras? ¿Cómo ten­dríamos que hacer para que nuestras obras sean revitalizadas a través de un carisma compartido?

  2. ¿Cómo consideramos a las personas que viven según nuestro carisma?

  3. ¿Acogemos a todas las personas que tienen ganas o deseos de colaborar con nosotros?

  4. ¿Sabemos discernir y formar la realidad laical a la luz de la tradición somasca, del evangelio, de nuestro propio carisma?

C) PROPONEMOS

 

"La marcha de la arrepentida os demuestra claramente que no pedís al Señor la gracia de obrar, y la fe sin obras es cosa muerta" (4CSJ, 2).

 

1) NIVEL LOCAL:

  1. Tomar conciencia del papel de los laicos en la Iglesia.

  2. Bajar a lo concreto para descubrir cuanto se vive y disfruta e iniciar el camino hacía lo nuevo; re­conociendo y valorando las experiencias actuales de colaboración con los laicos en nuestras obras (Cf. DCC, 4).

  3. Potenciar comunidades abiertas, dispuestas a DAR y RECIBIR. Es importante ir creando un es­píritu de colaboración mutua, de servicio, de amistad, de fraternidad, de comunión, como en una auténtica familia.

  4. Aportar un grado de formación propio para cada nivel: humana, cristiana, somasca.

  5. Buscar momentos compartidos de oración entre la comunidad religiosa y los laicos.

  6. Asentar bases que propicien. Asentar bases que propicien, en su momento, la implantación del M.L.S. en las comunidades, transmitiendo lo que intentamos vivir en una conversión que nos hace verificar nuestra vocación con la fe puesta en Cristo. La implantación del M.L.S. ha de ser fruto de una labor comunitaria, que escape de personalismos y de resultados inmediatos.

2) NIVEL PROVINCIAL

  1. Que el Gobierno Provincial llegue a crear la comisión que trabaje de cara a la implantación del M.L.S. (Cf. DCP '96, pto. D, p. 15).

  2. Encuentros y convivencias a nivel de Provincia con motivo del Año Jubilar del 2.000.

  3. Contactos asiduos entre colaboradores cercanos.

  4. Documentarse con otras congregaciones que ya hayan recorrido un camino en este sentido, o con nuestra propia Congregación(2).

Nota 2.: Cf. Religiosos somascos y fíeles laicos (1995), Amigos de las obras (1995), Notas para la comunidad (1998) o los mismos documentos del Magisterio: ChFL; AA; VC; VFQ.


 

ENTRE REALISMO Y ESPERANZA

 

    "... Las comunidades de vida consagrada, en las cuales conviven como hermanos, personas de diferentes edades, lenguas y culturas, se presentan como signo de un diálogo siempre posible y de una comunión capaz de poner en ar­monía las diversidades" (VC. 51).

    Estamos todos llamados a vivir la esperanza come dimensión constitutiva de la existencia cristiana que oriente positivamente la historia y ayuda a vencer todo pesimismo metódico y a no dejamos condicionar de un optimismo ingenuo.

    Si miramos la realidad de nuestra Provincia con los ojos de la fe, podemos percibir algunos signos que mantie­nen viva nuestra esperanza, ya manifestada en anteriores Capítulos Provinciales y en el informe del P. Provincial:

  1. La presencia de religiosos jóvenes y nuevas vocaciones.

  2. El deseo de hacer más significativa nuestra vida, de construir comunidades más fraternas.

  3. La variedad de obras que expresan nuestro carisma.

    Sin embargo, hay realidades que necesitan ser fecundadas por la esperanza para que puedan producir frutos de auténtica comunión y reconciliación:

  1. Un inmovilismo y acomodamiento que impide que nuestra vida sea signo atrayente.

  2. Una impaciencia que lleva a pensar que nada va a cambiar.

  3. Una desconfianza que provoca ciertos clichés negativos sobre personas y obras.

    "Tanto mayores como jóvenes pecamos todos de 'ceguera' y necesitamos seguir el consejo de San Jerónimo pidiéndole a Cristo Crucificado que cure la ceguera de nuestros ojos" (Cf. Informe del P. Provincial).

    A todos nos duele lo que está pasando, porque todos somos necesarios para continuar en el nuevo milenio el camino de nuestra Congregación Somasca.

    Creemos que en este momento no hay la serenidad suficiente para tomar decisiones concretas acerca de los problemas planteados.

    No entendemos si se rechaza la vida consagrada somasca o si se quiere vivirla de un modo más intenso, o si la insistencia sobre una obra en particular es vista como la solución de los problemas, o si al contrario se quiere más bien que en la Provincia y Congregación haya comunidades y obras revitalizadas.

    Sin embargo, en su misión de discernir, el Capítulo considera oportuno ofrecer los siguientes criterios de discernimiento:

  1. Primeramente, tenemos que dar gracias al Señor porque toda esta situación la vemos como una fuerte llamada a una respuesta más generosa y a un mayor compromiso en nuestra vida consagrada.

  2. Vemos esta llamada y la respuesta que el Capítulo trata de dar como un signo de esperanza.

  3. Son signo también de esperanza, no sólo las in quietudes de los jóvenes, sino también el esfuerzo y la generosa entrega de los mayores en las distintas obras por seguir fíeles al carisma.

  4. Es necesario aceptar nuestra condición de "peregrinos", y por consiguiente, debemos tener un. paciencia histórica que nos haga descubrir que Dios toca el corazón en su momento.

  5. No debemos dejarnos absorber por las prisas en querer realizar inquietudes, sino que debemos aceptar confiadamente el discernimiento del momento que pasa por la obediencia, aunque ésta pueda ser dolorosa.

  6. La situación que vivimos, para iluminarla desde la verdad, nos llama a todos a poner en primer lugar la "búsqueda de la comunión".

  7. Esta "búsqueda de la comunión" supone, por en cima de todo, la aceptación sin reservas de los hermanos convocados por una misma vocación poniendo siempre por delante el diálogo y el encuentro.

  8. Las actitudes de poco compromiso o de una imagen poco positiva de nuestra vida, así como de rechazo o condena, nos deben impulsar a todos c un sincero perdón recíproco y a una acogida calurosa.

    Por lo tanto, el Capítulo desea que se continúe dialogando, confiando en el P. Provincial para ver, a la luz de nuestra vida consagrada somasca, si podemos sentirnos unidos en lo fundamental y resolver pacientemente las posibles y concretas visiones diferentes, pero siempre fíeles al seguimiento de Cristo expresado en el carisma de S. Jerónimo e indicado en nuestras Constituciones y Reglas, procurando tener una mirada amplia y el corazón abierto y disponible (Cf. Visita Canónica del Rvdmo. P. General).

 

NUEVOS PROYECTOS

 

    La Provincia no se cierra a lo dicho en Capítulos Pro­vinciales anteriores, sobre el Proyecto África. Al contrario, anima y desea que cuando se den las condiciones para ha­cerlo posible se lleve adelante.

    Dando prioridad a dicho proyecto y en la medida que las fuerzas de la Provincia lo permitan se lleve a cabo la apertura de una institución acorde con la finalidad vocacional, conforme a lo indicado en el Capítulo Provincial '96. Asimismo, y en la medida de lo posible, tómense en conside­ración otros proyectos dentro de nuestro carisma que res­pondan a "las nuevas bolsas de pobreza que la sociedad abre ante nuestros ojos".

 


OTROS

Los puntos que se describen a continuación han sido redactados por el Gobierno Provincial en conformidad con el encargo recibido del Capítulo Provincial, una vez tratados dichos temas.

 

ADMINISTRACIÓN DE BIENES:

 

    El Capítulo Provincial sugiere al Gobierno Provincia que, en la medida de lo posible, provea para que se haga efectivo cuanto ya se establece en los diversos puntos de 1 decisión tomada por el Capítulo del '96.

 

MARÍN

 

    Tras el análisis de la situación actual de la nueva experiencia que se está llevando a cabo en la casa de Marín, e Capítulo deja este tema en manos del Gobierno Provincia quien deberá hacer presente ante la Administración los requisitos ineludibles por nuestra parte para que sea factible e desarrollo de una normal vida religiosa y para el equilibra de las personas, y en su momento tomar las decisiones que considere más oportunas.

 

PASTORAL

 

    El Capítulo alienta a seguir potenciando en nuestro centros y parroquias la pastoral juvenil en sintonía con e Proyecto de Pastoral Provincial, e insta a prestar una particular atención a una pastoral vocacional más específica Asimismo, el Capítulo ve necesario que se tome en consideración cuanto indican las Orientaciones del Capítulo Genera acerca de una pastoral familiar .

 

VARIOS

 

    El Capítulo, en sintonía con las Orientaciones del Ca­pítulo General, cree oportuno que se preste atención a los recursos tecnológicos de la información de modo que se fa­vorezca una rápida y efectiva comunicación entre las casas de la Provincia y con la Congregación, y a la vez exista la posibilidad de acceder, en su momento a los datos referentes al patrimonio congregacional.

    El Capítulo sugiere también que el Gobierno Provin­cial provea para que se dé ''' una mayor intercomunicación en la Provincia aunque sea por medios sencillos, pero efectívosw (DCP93)

 


 

ANEXO

DECISIÓN del Capítulo del '96.

 

ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES

 

En sintonía con los Documentos del Capítulo Provin­cial del '93 y anteriores, y teniendo presente la situación eco­nómica actual de la Provincia, caracterizada por:

DECIDE:

  1.  Que los Superiores y Administradores se responsabilicen de cara al próximo curso 96-97 para que la. Contabilidades se lleven al día de manera que se pueda dar cuenta trimestralmente a la comunidad según establecen nuestras CCRR..

  2. Que en todas las casas se hagan los arqueos de caja mensualmente dejando constancia de ello como es debido.

  3. Que el Gobierno Provincial provea a poner al día a los Administradores y a las Comunidades sobre el Sistema Contable así como sobre los Libros de Administración Ordinaria y Extraordinaria e In­formes Contables anuales al Provincial.

  4. Que el Gobierno Provincial provea a la publicación cuanto antes de las Normas de Administración y a su conocimiento por las comunidades.

  5. Que las Comunidades antes del comienzo de cada ejercicio presenten al Gobierno Provincial un Pre­supuesto de entradas, gastos e inversiones, en el cual se contemple también el contributo a la Pro­vincia sobre la base de la cantidad estipulada en el curso anterior.

  6. Que el cobro de RETA - SERAS se haga efectivo al inicio de cada cuatrimestre mediante envío por la Provincia del correspondiente recibo contra la cuenta de la Casa.

  7. Que las Casas provean a hacer efectivo cuanto an­tes el Contributo a la Provincia, sea del curso 94-95 sea del presente ejercicio.

  8. Que la contribución a la Provincia se haga efectiva en dos plazos respectivamente:

q       en Noviembre y Febrero, para los que se rigen por año escolar,

q       en Febrero y Mayo, para los que se rigen por año natural.

  1. Que se respeten las fechas que el Consejo esta­blezca para la entrega de los documentos adminis­trativos.


  

1. Carta del Prepósito Provincial - 2. Mensaje de los Padres Capitulares - Documentos: 1. Revitalización de personas, comunidades y obras - 2. Formar siguiendo nuestro carisma - 3. De la colaboración al compartir nuestro carisma con los Laicos/as - 4. Entre realismo y esperanza - Otros - ANEXO