CAPÍTULO PROVINCIAL DE 2013
CAMINOS DE FUTURO

1. EXPERIENCIA DE DIOS

 1.1  Ser mujeres en búsqueda permanente de Dios. Vivir consciente y responsablemente el proceso de dejar que la Palabra de Dios confronte nuestra vida y transforme nuestros criterios, actitudes y acciones.

1.2  Que nuestra vida esté centrada en Dios, siguiendo las actitudes de Jesús: unidas al Padre. Fieles a su voluntad. Libres y liberadoras. Con un corazón compasivo y misericordioso. Comprometidas con los pobres y marginados.

1.3  Vivir nuestra espiritualidad, encarnada en la realidad del hoy, siendo signos de  alegría y esperanza.

2. VIDA FRATERNA EN COMUNIDAD

2.1 Ser comunidades orantes, significativas y proféticas, dispuestas a la reconciliación, abiertas al diálogo, fomentando un clima de confianza, alegría y celebración. Insertas en la realidad de nuestro mundo, capaces de dar respuesta coherente, desde nuestro carisma, a los retos que se presenten.

2.2 Estar abiertas a nuevas formas y estilos de comunidad, en las que puedan también participar los seglares desarrollando su sentido de pertenencia al carisma.

2.3 Vivir las limitaciones personales y de nuestro mundo en crisis en clave profética, reconociendo que Dios se hace presente en la debilidad.


3. MISIÓN

3.1 Seguir manteniendo, en un mundo globalizado, nuestra identidad escolapia dentro de la Iglesia con atención a la niñez y juventud, a la mujer, a la familia y a los más necesitados,  en misión compartida con los seglares.

3.2 Situarnos en la nueva realidad de los centros, gestionados por la Fundación Escolapias Montal y plantearnos, con creatividad y esperanza, cuál es el nuevo modo de nuestra presencia, apoyando con nuestra actitud y testimonio la misión compartida.

3.3 Que en la medida de nuestras posibilidades mantengamos nuestras presencias, acojamos iniciativas, nos impliquemos en proyectos innovadores y atendamos a los más necesitados.

3.4  Avanzar en el nuevo modelo de escuela en Pastoral, humanizadora, evangelizadora, innovadora. Plantear y asumir comunitariamente una nueva cultura vocacional que sea significativa, que despierte inquietud en los jóvenes y puedan interpelarse y conocer la vida religiosa escolapia.