MARÍA, MADRE de la IGLESIA   

                                  
Estamos oyendo y viendo al Papa Francisco que hay que emprender la reforma de la Iglesia, comenzando por estar cerca de los pobres. Sabemos que las grandes cosas se llevan a cabo con frecuencia  en lo pobre, en lo sencillo, en lo pequeño.

Contemplo a la familia de Nazaret: Jesús, María y José posiblemente pertenecían a la clase social de los pobres, evidentemente no a la de los privilegiados, los cultos o los económicamente fuertes de su tiempo. Nazaret era un caserío más que pobre, en la periferia. La Virgen ni rica ni poderosa, era además pobre por ser mujer…

La vida de la familia era de las poco pudientes del pueblo. Aunque no consta históricamente que tuviesen excesiva escasez económica, pertenecieron al grupo de los humildes (Lc. 48)  “a quienes DIOS ensalza”.

María es como la mayoría de las mujeres de su tiempo, pero proclama con sencillez que en ella ha hecho maravillas el Todopoderoso. Ella se sabe y se siente pobre de acuerdo con el concepto pobre de la Biblia. Nos muestra  en su vida que pobre es quien se adhiere al SEÑOR con todo su corazón. Ella mejor y más que nadie lo vive, conformando siempre su voluntad con la voluntad de DIOS. Ella confió como la que más…

Siempre ha sido en la Iglesia referencia de la verdadera discípula, que encarna las actitudes que acompañan a la aceptación gozosa de la voluntad del SEÑOR. Su ser y su actuar están en continua conformidad con ÉL desde la Anunciación pasando por Belén, hasta la cruz junto a su HIJO y después formando parte de la primera comunidad cristiana junto a los discípulos.

¿ A quién mejor que a ella encomendar al Papa Francisco en la obra de reforma que comienza?

Puede ser para nosotras una clara y fuerte llamada a la conversión. Esperamos que la Iglesia pueda ser reformada. El Papa ha comenzado por lo más cercano, por lo más urgente.

Nuestro deseo: Que la obra que comienza llegue a feliz  término y veamos a la Iglesia con capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía…  Lo más importante es anunciar y mostrar que JESUCRISTO nos ha salvado, apoyando con paciencia los pasos de Dios en su pueblo sin dejar atrás a nadie, acompañando siempre.

OCTUBRE, 2013