Encuentro “ Mujeres y Teología” ANDALUCÍA
27 y 28  Septiembre. 2013
CABRA (Córdoba)

Cristina Godoy Pallarés y Suny. Sch.P
  • BREVE HISTORIA DE MUJERES Y TEOLOGÍA

            EL SURGIR DE LA TEOLOGÍA FEMINISTA

La teología feminista nace después del concilio Vaticano II, cuando se desarrollan las teologías críticas de liberación, a principios de la década de los setenta, en el siglo XX.

Es la expresión de mujeres, feministas y cristianas a la vez, que comparten en sororidad (vinculación con otras mujeres) la nueva conciencia de sí mismas y la lucha por su liberación, comprometidas con su comunidad y con una reflexión de fe.

La teología feminista no pretende la sistematicidad de la teología académica, sino que busca más hacer una teología desde la experiencia, valiéndose del relato, compartido en la escucha, para llegar a la formulación de la experiencia de Dios.

Esta teología rescata  las imágenes femeninas que expresan a Dios, para contrarrestar el preponderante imaginario y lenguaje masculino, a lo largo de Biblia y la Tradición para lograr un lenguaje más integral y universal, menos inadecuado para expresar la trascendencia.

La teología feminista refleja el acceso de la mujer a la teología. La conversión de la mujer de objeto de la teología en sujeto de la reflexión teológica. Y afronta los problemas que la emancipación y liberación de las mujeres plantea al cristianismo y a las estructuras de las comunidades cristianas.

Pero ahora os voy a leer algo más bello. Una parábola que nos contó Marifé Ramos en el encuentro de Mujeres y Teología de Vitoria, este año pasado en noviembre.


  • PARÁBOLA DE LA RUAH

Era un día de otoño dorado. La Ruah danzaba y danzaba, levantando una suave brisa que hacía revolotear todo lo que encontraba a su paso y llenaba de energía a quienes la contemplaban. Poco a poco otras mujeres que veían esta danza se fueron incorporando a ella. María Magdalena se sintió poseída por la misma energía que tuvo aquella madrugada en el huerto, a los pies de Jesús. Se incorporaron a la danza santas mujeres del desierto, encantadas de mover su cuerpo, un tanto maltrecho en su vida terrenal, al ritmo de una música interior. Cuando un grupo grande de beguinas se incorporó a la danza la brisa se convirtió en viento impetuoso. Santas, místicas, fundadoras, mujeres condenadas a la hoguera y otras con fama de brujas rodearon a la Ruah y danzaron hasta que la Ruah las invitó a sentarse formando un gran círculo. Les propuso: vamos a tejer entre todas una gran red que regalaremos a las mujeres que abran sus manos para recibirla. Os invito a que cada una entreguéis lo mejor de vosotras a través de una hebra de vuestro manto. Con todas las hebras tejeré la red.

Teresa de Jesús aportó la mística.

Teresita la capacidad de acompañar procesos, aparentemente sencillos y pequeños, pero que llevan a grandes transformaciones.

Catalina les regaló el don de la predicación.

Hildegarda, el saber y el conocimiento.

Mary Ward le dio la hebra de la valentía.

Antonia de la Misericordia junto con Paula Montal, la fuerza para luchar por la causa y la valoración de la mujer…

Y la Ruah con sus manos tejió y tejió entrelazando cada hilo que recibía. Hizo una red inmensa, de muchos colores, con muchas esquinas y nudos y de una belleza indescriptible. Cuando ya estaba hecha, la Ruah le infundió el aliento de vida y algo semejante a una savia fue recorriendo cada uno de los hilos, llenándolos de vida.

Entre todas fueron tejiendo una red amplia, de colores y texturas diferentes. De nuevo, entre cantos y danzas, lanzaron la red, era agosto de 1986 y una esquina cayó en Suiza y las mujeres que la recogieron tejieron la Asociación para la Investigación Teológica. Otra esquina cayó en Barcelona y las Donas en l´Esglesia la recogieron. Otras dos esquinas cayeron en Madrid y estaban tan unidos sus bordes que nacieron sororalmente el Foro de Estudios de la Mujer y Mujeres y Teología. Pero esa red tenía muchas más esquinas, incontables esquinas que fueron cayendo en Ciudad Real, Galicia, Mallorca, Andalucía…

         Hoy nos reunimos para recordar que la red no es obra nuestra, que tejemos sobre algo recibido, sobre un don precioso de un valor incalculable, que en esa red están presentes los hilos de mujeres de la Historia que nos han abierto caminos y que han llegado a dar la vida por la causa. Y que no es una red muerta, tiene una savia que es la vitalidad de la Ruah, por eso cuando tejemos red juntas sentimos que algo se reaviva en nosotras.

  • RECORRIDO DE MUJERES Y TEOLOGÍA.

            Me basaré en la información que me ha proporcionado Marifé Ramos sobre Mujeres y Teología de Madrid, ya que ellas han sido nuestras madres y el referente de la mayoría de los grupos.

¿Cómo nació “MUJERES Y TEOLOGÍA”?

Con la naturalidad con que nacen las cosas pequeñas. Surge de la necesidad de algunas mujeres de trabajar juntas, de contrastar sus experiencias y de apoyarse mutuamente, de constatar la diferencia en el modo de abordar los temas teológicos entre hombres y mujeres, de las dificultades que algunas mujeres tenían para llevar a cabo o para completar sus estudios teológicos. Así surge, como grupo de referencia para caminar acompañadas. Juntas se podía hacer más y mejor y, sobre todo algo diferente.

Así pues, en noviembre de 1986, nace en Madrid el grupo de Mujeres y Teología, formado por mujeres cristianas laicas (solteras y casadas), religiosas de diferentes órdenes. Unas se dedicaban de lleno a la Teología en enseñanza y tareas pastorales y otras compaginaban este modo de hacer teología con el ejercicio de otra profesión. Diferentes niveles de estudio y de profundización, pero con mucho entusiasmo por una causa común en la que se reconocía como fundamental:

La participación plena de las mujeres en la vida eclesial y en el ejercicio de sus ministerios.

La desaparición de cualquier discriminación por razón de sexo en la iglesia y en la sociedad.

Recorrido:

A lo largo de todos estos años ha habido un intercambio fluido con otros grupos de mujeres, de información, de experiencias y criterios, celebración de la vida, firma de manifiesto y cartas de denuncia.

Ha habido un camino compartido con la Comisión Teológica del Fórum Ecuménico de Mujeres Cristianas de Europa y con la Asociación Europea de Teólogas. Además de vínculos con teólogas de América Latina y asistencia a congresos y a jornadas y visitas a parroquias para compartir la Buena Noticia, hablando de Dios con un lenguaje sencillo, narrativo y lleno de imágenes.

Y en este camino diecinueve hitos fundamentales que han sido los encuentros nacionales de Mujeres y Teología. En el XII encuentro, celebrado en Sevilla del 26 al 28 de abril de 2002, con el lema “Resurrección en cuerpo de mujer” nació el grupo de Mujeres y Teología de Cabra.

Todo esto dentro de la Iglesia, lo cual no quiere decir que muchas veces no duela la Iglesia, queriendo seguir a Jesús en esta comunidad tan llena de gracia y de pecado. Queriendo ir del centro a la periferia, atentas y encarnadas en lo marginal del mundo.

¿Cómo se ha trabajado?

Se ha trabajado en equipo, compartiendo intuiciones, ideas, material y experiencia. Sintiendo como patrimonio común la riqueza personal.

Se ha intentado hacer una teología ecuménica, cuidando el diálogo inter religioso. Se ha considerado importante releer la historia para recuperar la historia de las mujeres. Rescatando del olvido a matriarcas, santas, fundadoras, místicas y teólogas que nos abren un camino precioso de encuentro con Dios y de lucha para transformar la sociedad. Se ha apostado por un lenguaje sencillo y por un nivel profundo de comunicación en el que, junto a las ideas estén también presentes los sentimientos y el testimonio.

¿Qué ofrecen los grupos de Mujeres y Teología?

Un lugar de encuentro para todas aquellas mujeres interesadas en la reflexión teológica realizada por mujeres y desde las mujeres, y un lugar donde vivir la acogida, el apoyo y la solidaridad entre nosotras.

Un talante comunitario, participativo e igualitario, aportándole a la teología una dimensión más viva, festiva, existencial, creativa y práctica.

Un análisis crítico de los moldes masculinos que se han establecido en la teología como referencia única.

Un impulso para empezar, continuar o acabar los estudios de Teología y una plataforma de crecimiento personal.

Una apuesta por el lenguaje narrativo, las parábolas, las celebraciones, los símbolos y la danza como lenguajes válidos y ricos para expresar contenidos teológicos e interpelar.

Un lugar donde sanar el dolor producido como consecuencia de experiencias de incomprensión y humillación en la Iglesia.

Una lectura e interpretación de la Biblia en la que recuperar la actualidad de las mujeres bíblicas o la importancia que tuvieron en una Historia de la Salvación escrita y leída en clave patriarcal.

¿Qué nos piden los grupos de Mujeres y Teología?

Que no haya prejuicios sino simpatía por el grupo y su causa.

Que no haya recelos, ni se vean fantasmas que no existen. En el Reino hay sitio suficiente para todos.

Que se conozca mejor el trabajo teológico de las mujeres. No tanto en las obras publicadas, que las hay, cuanto en el trabajo que tantas teólogas realizan por la promoción y dignidad de hombres y mujeres, dentro y fuera de la Iglesia.

Que las facultades de teología elaboren una teología desde la mujer como una cuestión de justicia.

Y siguiendo con palabras de Marifé Ramos termino:

Experimentamos que el Señor se ha fijado en nuestra pequeñez y nos ha enviado a proclamar la Buena Noticia, a sanar los corazones afligidos, a denunciar, a tejer sororidad y a devolver a la teología algunos rasgos sencillos, fecundos y entrañables que había perdido. Y afirmamos, llenas de esperanza, que todo acabará bien.